Un día cualquiera


Como si fuese un día cualquiera te puse la cadena en tu polla para llevarte atado durante horas.  Bajamos al sótano del club y me desnudé. Tiré de la cadena mientras te empujaba la cabeza hacía mi coño. Y es que en un día cualquiera tu cabeza siempre acaba cerca de mi coño. Tu lengua se puso a lamer mi tanga como si lamiera mi piel. No te dejaba meter tu lengua dentro. Tú tratabas de hacerlo y te llevabas un fuerte tirón de huevos. No, no vas a comerlo, hoy no. Te empujé tu cabeza bajo mis muslos y te hice lamerlos, lamer mis botas, mis tacones, mis suelas. 

No te conformabas con eso así que tuve que obligarte a tumbarte en el suelo. Te tumbaste y llamé a dos chicas que estaban arriba bailando, bajaron. Les dije que se measen sobre ti, tu protestaste, querías que fuera yo quien lo hiciese, pero no, eso era un premio. Se agacharon y mearon sobre tu cuerpo mientras yo tiraba de la cadena de tu polla. Tiraba para que sintieras quien era tu Ama. Por que como un día cualquiera tú eras mío.




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