Caer en la tentación

 

Todas las mañanas pasaba por delante de una pastelería, veía como servían a sus clientes unas tazas de batidos de sabores con mucha nata, se me hacía la boca agua. No solo llamaban la atención los batidos, si no los pasteles, los muffins, las rosquillas, las tartas,... todo estaba puesto allí para pecar. Gracias a mi autocontrol no caía en la tentación de entrar y devorar toda la tienda cada vez que pasaba por delante. Ese día brillaba el sol y aunque era casi invierno hacía un tiempo casi primaveral. Salí de casa con la intención de sacar a todos mis perros a pasear y darme un capricho. Cuando pasé por la pastelería vi una mesa vacía en la terraza. Me senté y mis perros me siguieron. El camarero me dijo que los humanos debían sentarse en las sillas, no podían estar en el suelo a cuatro patas. Protesté porque mi puta está divina en el suelo, pero como me interesaba más tomarme un batido que empezar una cruzada por los derechos de los perros, me callé y pedí un batido de fresa con mucha nata. Cuando lo trajo miré a mi puta y unté mi dedo con nata poniéndoselo delante de su cara para que lo chupase. Se lanzó sobre mi dedo y lo chupó mirándome con cara de vicio. Apoyé mi otra mano en su muslo y lo apreté. La gente nos empezaba a mirar cosa que me pone más cachonda, así que lamí la nata y sin guardar la lengua se la acerqué a mi putita para que chupara la nata directamente de mi lengua. A lo tonto su polla se estaba poniendo dura y mi coño cada vez más húmedo.

Había una señora al lado que nos miraba escandalizada. La miré y me puse nata entre las tetas para que mi puta se amorrase a ellas. La señora se levantó y se fue a buscar al camarero para que nos echara. Cuando llegó el camarero tenía a mi puta entre mis tetas chupando y buscando mi pezón como si fuese un niño de teta. El camarero nos dijo que no podíamos estar haciendo eso en público y que debíamos marcharnos cuanto antes. Puse cara de pena mirando al camarero y prometí mantener la compostura hasta que nos acabásemos los batidos, le pedí otro porque el mío se lo estaba bebiendo mi puta. Le seguí dando batido con cucharilla mientras con mi otra mano comprobaba su polla. Me gusta ver como se va poniendo dura mientras yo le alimento y lo miro con deseo. Cuando vi que su polla estaba bien dura entré a por un batido ya que el camarero no me lo sacaba. Dejé a mi puta en la silla y con las instrucciones de no poder tocarse la polla hasta que yo volviese. Debía dejar bien limpia la taza del batido, con la lengua claro. Dentro había unos cupcakes que me miraban mientras pedía el batido. Dudé unos instantes, me estaba pasando de la raya con tanto dulce pero al final cogí un par cuando el camarero no se dio cuenta y me los llevé. 

No puedo evitarlo y acabo cayendo en la tentación. Enseñé los pastelitos a mi puta, la señora indignada había vuelto a su sitio y le sonreí, ella no me devolvió el saludo. Saque la polla de mi puta con disimulo y empecé a pajearle ahí mismo, mi puta gemía suavemente para no llamar la atención mientras yo trataba de ordeñarle. Cogí uno de los pastelitos y los puse cerca de su polla. Se corrió enseguida llenando el pastelito de su lefa. Me puse cachondísima de ver ese pastel. Mi puta se relamía, lo pasé por delante de sus labios, ella estiró la cabeza para poderlo coger. No putita no es para ti. Me acerqué sonriendo con los dos pasteles a la mujer. Disculpa si te hemos molestado antes. ¿Quieres uno? le ofrecí el lleno de lefa de mi puta mientras yo me comía el otro. La mujer aceptó y es que a un pastelito es difícil decir que no. La miré y cuando se lo comió con la lefa sonreí. ¿Está bueno? Ella asintió. Volví a sonreír. Es la lefa de mi puta lo que adereza el pastel, así es muy difícil no caer en la tentación, ¿verdad? A la mujer se le revolvió todo, puso cara de asco mientras nosotros nos íbamos de allí, con las prisas se nos olvidó pagar.

 

Vestido: [Sexy Princess] Marilyn Vintage Dress - @Unik Event

Gafas de sol: [Cinnamon Cocaine ] Lydia Sunglasses - Babe Pack

Batido: [Cinnamon Cocaine ] Holiday Shakes Pack