Trabajos nocturnos

Me habían contratado para un trabajo nocturno muy importante. Debía ir a la mansión de un multimillonario como si fuera una de las bailarinas que habían contratado. Me facilitaron un video con las coreografías que debía aprenderme, los planos del lugar, el tipo de sistema de seguridad y la lista de asistentes, eran pocos entre invitados y el servicio. El hombre vivía en una mansión victoriana con grandes jardines y con decoración muy recargada. Se ve que había contratado a un grupo de bailarinas para entretener a los babosos en la fiesta. Me dieron una especie de lencería de oro con piedras preciosas, eso debía ser carísimo. En una de las pezoneras oculté el veneno. Me había aficionado a usarlo porque era mas limpio y no llamaba tanto la atención. Cuando llegué las otras chicas me miraron sorprendidas, les dije que yo era la sustituta de su compañera, pero me sabía los bailes perfectamente. Soy muy buena mintiendo. Ellas se quedaron más tranquilas y salimos a enseñar nuestros cuerpos a todos esos cerdos con dinero. No se me daba del todo mal bailar, miré a mi objetivo y él me miró a mí. Me acerqué a él bailando sin dejar de mirarle, contoneé mis caderas delante de sus ojos y me giré para que viese mi culo perfecto. Él se hacía el duro y no me puso una mano encima como hacían el resto de babosos con mis compañeras. Me alejé sin mirarle y salí de esa habitación.  

Teníamos otro baile preparado para dentro de un rato, pero los babosos gritaban que saliésemos ya. Una de las chicas me dijo que yo no iba sincronizada con ellas. Claro, guapa es que yo voy a mi propio ritmo y tú no puedes seguirme. Le lancé un beso y con mi dedo índice se lo puse en los labios.  Vamos a salir o estos cerdos entran aquí y nos violan, dije. Las chicas decían que ellas tenían los tiempos tasados y que debíamos esperar media hora. Cariño, son hombres y están calientes, salgamos y pongámoslos más calientes. Salimos y bailamos, yo ignoré a mi objetivo, no lo miré, no lo sonreí, no acerqué mi cuerpo al suyo. Él me buscaba con su mirada yo miraba a los otros, no debía ser tan evidente que iba a por él. Cuando acabamos el baile volvimos a salir de la habitación. Nos quedaba solo un baile y después estas chicas serían la compañía de esos cerdos. Desde fuera los hombres berreaban, alguno se levantó y vino a buscarnos, querían ver la última actuación ya. Las chicas me miraron como esperando la aprobación para salir. Me puse en la puerta, no ahora no es el momento, salgamos dentro de media hora. Me giré hacia el cerdo que nos gritaba obscenidades y le di un bofetón. Aprende modales y después vienes. Le cerré la puerta en la cara. El cerdo me insultó y se fue indignado. 

Cuando había pasado más de media hora salimos. Mientras me iba acercando miraba a mi objetivo, me puse delante de él y le fui desabrochando la camisa mientras movía sensualmente mi cuerpo. Bajo el pantalón se apreciaba su polla que se ponía contenta de verme, me agaché y rocé mi culo por encima de su pantalón. Su polla se puso más dura al instante. Le agarré del cuello y lo apreté ligeramente mientras le miraba con ojos de querer devorarlo en ese mismo instante. Era atractivo, joven, buen cuerpo y cara de cerdo. Los demás estaban ocupados en sus cosas, manoseando a las demás bailarinas, aunque para ser sinceros, esas chicas eran putas. Escupí en su cara y mis babas le cayeron por todo el rostro. Cogí a mi cerdo y me lo llevé a otra habitación. Nada más entrar lo empujé al suelo y me lamió los muslos, le volví a escupir y su polla palpitaba. Puse el pie sobre ella y la pisé. Él quería follarme, se le notaba. ¿Quieres follarme? él asintió y mi mano le dio dos guantazos. Puse mi culo en su cara y él lo lamió como un verdadero perro. Su lengua bajaba hacia mi coño, abría las piernas y su cabeza se hundió entre mis muslos mientras me comía el coño. Yo estaba excitada y gemía. Lo hice prisionero entre mis piernas y las apreté, casi no podía respirar pero no dejaba de lamer. 

Pensé en ahogarlo en ese momento pero comía tan bien el coño que no quería renunciar a eso. Abrí mis piernas y me giré hacía él. Lo miré, sus ojos llenos de deseo me inundaron. Lo volví a apretar contra mí mientras pisaba su polla hasta correrme. Me han contratado para que te mate, pero comes bien el coño. Quédate conmigo, quiero ser tuyo, me dijo. Creo que como tenía toda la sangre en la polla no le funcionaba bien el cerebro. ¿Me has escuchaste cerdo? le dije apretando con fuerza su polla contra el suelo. Sí, asintió. Te daré lo que me pidas. ¿Como de rico eres? Para empezar deberás darme el triple de lo que me iban a pagar por ti. Sí, lo que quieras, decía lamiendo mi pierna con desespero. Soy muy rico, tendrás lo que quieras, metía su lengua cerca de mi coño. Tengo una puta y dos perros, le dije mientras restregaba su cara por mi coño lleno de flujos. ¿Quieres ser otra puta? él negó. Me siento más un perro. Sonreí. Me da igual como te sientas, serás lo que yo quiera. Y así es como conseguí un cerdo millonario.

 

 

Outfit: [Secrets] - Ava Skye Set Fatpack (24 cristales, 5 metales) - @The Epiphany! Gacha

Pose: Starrpose - Ass Kisser (modificada)

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