Perfección creada

 

Un día te pones a pensar y te das cuenta que en realidad no tienes pasado. Al menos, no tienes un pasado normal. La llegada de mi supuesta hermana me había hecho darme cuenta que no tenía recuerdos normales. Era extraño, no recordaba mi infancia, ni casi mi adolescencia. Solo recordaba unas cuantas cosas aisladas, unas imágenes vagando en mi cerebro, unas fotos, unos cuantos recuerdos perdidos. ¿Por qué no tenía pasado? Nunca me había dado por pensar en el pasado, siempre he mirado al futuro. Me puse a investigar y me di cuenta que jamás había ido al médico, no tenía historial, ni tarjeta sanitaria, ni nada. Contraté a un detective para que buscase mi pasado, le di una buena suma de dinero pero al cabo de unos días desapareció y no se supo nada más de él. Preocupada, llamé a otro detective para que buscase al anterior y también desapareció. Harta de que desapareciera todo el mundo acabé investigando yo misma. Mi vida empezaba siendo ya adulta, antes no se podía encontrar información. Ni donde fui a la guardería, ni al colegio, ni al instituto, ni quienes eran mis compañeros, ni mis profesores. Nada.

Investigué a mis padres y estaban muertos, investigué a la persona que me había inscrito en mi nacimiento y era un médico que vivía todavía pero no era ginecólogo. Había trabajado toda su vida en unos laboratorios, investigué los laboratorios, todo era muy raro. Mis padres no tenían relación con esos laboratorios, no trabajaban allí, no vivían cerca, nada les relacionaba. ¿Por qué un médico de allí había asistido a mi nacimiento? A lo largo de los pocos datos que había registrados de mi vida, siempre aparecía alguien relacionado con ese laboratorio. Fueron los que firmaron mi cartilla de vacunas, viví en una casa propiedad de ese laboratorio en mi primera dirección registrada y se supone que mi primer trabajo también me lo ofrecieron ellos, aunque yo no lo recuerdo. Fui allí con intención de aclarar algo más pero al no tener cita previa no me atendieron. Intenté usar mi poder de persuasión, pero el recepcionista parecía inmune a mis encantos. Me incliné en el mostrador mirándole a los ojos, me coloqué las tetas y le guiñé el ojo. No daba resultado, no parecía gay. Había algo raro en él, sus ojos tenían una mirada profunda y azul. Los miré atentamente y eran exactamente igual que los míos, exactamente el mismo color de iris, igual, con la mancha color miel, la misma. Lo bueno de ser una egocéntrica es que me conozco a la perfección de tanto que me miro. Él se debió de dar cuenta también de ese hecho. Durante unos segundos que parecieron horas nuestras mentes conectaron, él era yo, yo era él. Nos reconocimos, éramos lo mismo. 

Me dejó pasar, no hicieron falta palabras, nos lo dijimos todo sin hablar. Una vez dentro vi más como yo, más como nosotros. El camino era largo pero mi mente empezaba a recordar. Llegamos a una sala oscura, llena de tanques de agua, hacía frío, mucho frío. Caminé entre las filas de tanques en silencio, recordaba ese sitio, me acerqué a uno y miré a través del cristal. No se veía nada, solo agua. Un golpe seco en el interior me asustó, encendí la linterna del móvil y vi a alguien flotando en su interior. Acerqué mi mano, ella acercó la suya  y recordé. Recordé estar ahí, recordé cuando me sacaron, recordé cuando nací, recordé porqué no tenía remordimientos, porqué me gustaba la sangre, porqué podía convencer fácilmente, porqué ni el tabaco, ni el alcohol, ni los venenos me afectaban. Yo no era real, era creada, no tenía dolor, ni enfermedades, ni cansancio. Ese alguien que ponía su mano a través del cristal también estaba creada. Todos nosotros estábamos creados allí. Éramos seres casi perfectos, pero... ¿acaso éramos reales? Yo sentía y si sentía eso tenía que ser real. Sí, yo soy real porque tengo sentimientos y los sentimientos son nuestra realidad.


 Outfit: [Wicca's Originals ] - Ayda Outfit [Color Edition]

Botas: [Wicca's Originals ] - Ayda Boots [Dark & Color]

Tanque y animación: [Violetility] - Weird Science Tank (animaciones y poses)


Comentarios

LO MÁS VISTO