Casa en la playa

 

Ahora que era muy rica me había comprado una casa en la playa, era una casa bastante grande, con piscina y con un sistema de seguridad de los más modernos. Me habían recomendado hacerme una operación de estética para huir de la mafia a la que había dejado tirada por tener otro cerdo lamecoños. No me apetecía pasar por el quirófano de nuevo así que decidí quitarme de todas las redes sociales, no usar móvil y no permitir que nadie lo usara si iba a reunirse conmigo. Me había vuelto un poco paranoica con ese tema. No usaba tarjetas de crédito a mi nombre y me había hecho más de veinte documentos de identidad diferentes. En uno era Irina, en otro Sally, tenía uno que me llamaba Humberta, o María, los nombres eran muy dispares. Ahora usaba Jana que me parecía más bonito y además corto. Me había llevado a mis perros a la casa de la playa y a mi putita a la que también tuve que cambiarle el nombre. Nada más llegar le tinté el pelo rubio a mi puta y le pinté los labios morados por usar un color diferente al rosa, así no llamaba tanto la atención. 

En mi nueva casa, como en todas partes, había vecinos cotillas. El primer día vinieron a ver quienes éramos. Yo trataba de pasar desapercibida, Yhesy tienes que actuar como la gente normal y no pintarle a tu puta la cara, ni vestirle de mujer. Una de las mujeres que vino nos trajo pastitas, le cogí las pastas, le di las gracias y le cerré la puerta. Se ve que eso era de ser maleducada y me empezó a gritar. Le dije que no la invitaba a pasar porque las pastas no le hacían ningún bien, que debería adelgazar un poco. Se enfadó todavía más y no sé el motivo ¡encima que me preocupo por su salud! Después de unos días de malas miradas y tener que soportar que la gorda me mandase a los perros para que cagasen en mi césped, la mujer decidió invitarme a una barbacoa en su casa. A mí que no me gusta quedar mal con nadie fui en son de paz. En la barbacoa había bastante gente y todos sonreían mucho. Cuando crucé la calle con mi bolsito rosa todos me miraban. Igual es que me había vestido demasiado formal para la ocasión. Sonreí mucho también y me lancé a buscar las bebidas. No iréis a creer que me había acercado a la casa de mi vecina sin antes investigar a todos los asistentes, tenía a todos fichados, hasta a los camareros. Saqué mi propia ginebra que tenía en el bolso y me fui rellenando el vaso con los vasos que les iba quitando a la gente. Estaba muy paranoica, lo sé. 

Se me acercó una de las vecinas y quería que me apuntase a su club de lectura. Señora, yo no leo, pero apuntaré a mi puta para que me cuente lo que ha leído mientras le meo encima. La señora se fue corriendo con cara de haber oído al diablo. Al poco vino otra chica, esta con pinta de ser la puta del barrio y quería captarme para su club de cocina. No guapa, yo no cocino, pero apuntaré a mi puta para poder darle de comer lo que él mismo hizo con mucho empeño. La chica se fue con cara de oler a pedo y yo le quité el vaso para rellenar un poco el mío. Al rato vino a mi lado un chico, no era feo pero tampoco guapo y yo ya quería cruzar el jardín e irme a casa. El chico se ofreció para enseñarle a mi puta el club de paddel. No guapo, mi puta no juega al paddel, si quieres le puedes enseñar los puticlubs a ver si encuentra trabajo en uno. Le di la bebida y huí de esa fiesta, creo que había aterrizado en una comunidad que parecía más una secta que una urbanización privada. Pronto dejaré esta casa en la playa.


 


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Pintalabios: [LIVIA] - Myah Lipgloss - @UniK

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Bolso: [MY BAGS by MB] MY TOKYO  FAT PACK - @UniK

Vestido: [Bwynn] - Nova.Mauve.M.Lara - @UniK

Uñas: Uñas: [Tulssy] - Bouquet Almond Fatpack - @UniK

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