Recuerdos del verano

Revisando el móvil encontré unas fotos de este verano cuando estaba en la playa. Me puse a recordar esos días eternos, esas noches con olor a sal, esos ratos sin hacer nada. Uno de esos días estaba en la playa con una amiga. Fuimos a una de esas playas con poca gente, no hay muchas pero todavía quedan algunas. Mientras estábamos en la arena tomando el poco sol que quedaba nos rozamos. Su piel tersa y fría por el agua daban ganas de ser acariciada. Mi mano empezó a recorrer su espalda bajando lentamente hasta su culo. Ese culo merecía la pena ser mordido, apretado, usado. Me acerqué a él y pasé mi lengua lentamente mientras dos de mis dedos querían inspeccionarlo, no pude evitarlo y lo mordí. Lo mordí una y mil veces. Estaba cachonda y yo estaba más. Se giró y sus ojos azules me miraron. Su cara estaba bajo la mía y la besé, la besé mientras mis dedos se metían en su coño. Su mano se coló entre mis piernas, iba directa a mi coño. Al entrar sus dedos en mi, gemí. Le pellizqué el coño mientras sentía sus dedos en mi interior. Me la quería follar ahí mismo pero estábamos dando un espectáculo importante. ¡Vamos al agua! 

Caminamos desnudas por la arena hasta la orilla. Allí había una chica sentada en una espacie de torre, era morena, delgada, con el pelo de colores. No sé que fue lo que me hizo reparar en ella. Estaba tan cachonda que lo normal hubiese sido pasar de largo, pero esa mirada perdida me llamó la atención. Nos metimos en el agua, metí mi cabeza para mojarme el pelo y buceando me agarré a los muslos de mi amiga, fui directa a sus pechos y me puse a chupar sus pezones. La miré a los ojos y apreté mis dientes cazando ese enorme pezón en mi boca. La chica solitaria nos miraba, su mirada ya no era perdida, era una mirada profunda y curiosa. Agarré esa enorme teta entre mis manos y la apreté con fuerza mientras sonreía a la chica. Mi amiga se giró hacía ella y le hizo un gesto con la mano para que viniese. La chica no se atrevía a venir, me puse a flotar en el agua abriendo mis piernas para mostrar mi coño. Era una invitación en toda regla. Mi amiga se lanzó a mi coño y empezó a comerlo de una forma obscena. Parecía un tiburón que devoraba su presa. Mis gemidos atrajeron a la chica que se metió en el agua a cierta distancia de nosotras. Nos miramos, vamos a por ella. 

Nadamos hasta ella despacio, ya teníamos presa. Yo por delante y mi amiga por su espalda la rodeamos. Mientras mi mano exploraba su coño mi amiga metía sus dedos en su pequeño culo. La chica se dejaba hacer, se agarró a mi mientras mis dedos la follaban. La noche era cada vez más inminente y nosotras estábamos tan cachondas que subíamos la temperatura del agua. Cogí a la chica del pelo y le hundí la cabeza en el agua unos instantes, hacía burbujitas. Estiré de su pelo de manera brusca y la saqué del agua. ¿Te gusta ser usada verdad zorra? la volví a hundir unos segundos más. Vas a comernos el coño a las dos como una buena zorra, ¿entiendes? La chica dijo que sí. La llevamos fuera del agua, ya no quedaba nadie. Nos sentamos en las escaleras de madera de la torre de vigilancia y allí la chica de mirada perdida nos comió el coño. Nos lo comió bien porque es uno de esos buenos recuerdos que tengo del verano.


 
 Torre: [Violetility] - Wasteland Tower
Pose: [SamPoses] -Hi5

 

 

 

 

 

Comentarios

LO MÁS VISTO