Y nos perdimos
Íbamos buscando un lugar donde pasar el día, yo conducía y mi puta trataba de provocarme. Eché mano a su entrepierna y le manoseé la polla hasta que se le puso bien dura. Aparté la mano para seguir conduciendo. Mi puta refunfuñaba y se empezó a tocar la polla. Le llamé la atención y dejó de tocarse. Su polla se salía por el pantalón y al parar en semáforo una mujer de las que te venden pañuelos lo miró y nos insultó. Me dio la risa. Mira vas con pantalones y te insultan, quizás debería ponerte faldita y medias. Era una idea que me rondaba la cabeza todo el tiempo así que paré en mitad de la nada y saqué de mi maleta unas medias de rejilla, una falda y unos botines. Como soy prudente y no quería montar el espectáculo en mitad de la carretera nos adentramos en una pinada. Aquí te podrás cambiar mejor, le dije.
El sitio era precioso. Me acerqué a él, me rocé contra su polla y le desnudé. Le dije que se pusiera las medias, me senté a ver como se vestía en mitad de ese bosque, la idea de hacerle caminar con tacones por mitad del campo me parecía de lo mejor en ese momento. Se puso mis botines que le quedaban pequeños, me estaba poniendo cachonda de verlo así vestido. Cogí una rama y le azoté. Vamos a ver como andas putita por el campo. Yo tampoco llevaba el mejor de los calzados. Dimos vueltas entre los árboles y más vueltas,... y más,... y más. Y nos perdimos, nos perdimos en mitad de la nada, sin móvil, sin comida, sin agua. Nos perdimos del mundo y de nosotros mismos. Y follamos, follamos como animales entre esos árboles, en esas piedras, en esa hierba. Y nos sentimos, sentimos nuestra imaginación, nuestros deseos, nuestros anhelos. Y nos encontramos, nos encontramos con nosotros, con nuestros vicios, con nuestros sueños.
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