¡Cállate!


Nos encontramos en  el portal, hacía bastantes días que no nos veíamos. Tú estabas allí esperando que yo saliera, no estabas ahí por casualidad. Te miré y me acerqué a ti para saludarte. Olías bien, estabas recién duchado y perfumado. Eso me gustó, habías dedicado tiempo  a arreglarte para mí. Te dije que me acompañases, tenía que hacer unas compras, me acompañaste. Estuvimos  hablando de cosas triviales y nos reímos. Tu risa me encanta, te dije. Era verdad, me hacías reír y no sabes lo que me gustaba. Compramos y te cargué con la compra. De camino a mi casa vi una tienda de maquillaje y viste como se me iluminaron los ojos. Entramos y fui directa a los pintalabios. Cogí uno fucsia y te hice poner morritos. La dependienta nos echaba miradas de desaprobación que ignorábamos, por supuesto. Te pinté los labios, despacio. Te miraba a los ojos mientras lo hacía y humedecía los míos. Sabías que me estaba poniendo cachonda, me conoces.

Compré el pintalabios que era divino y nos fuimos a mi casa. Por el camino nos miraban al cruzarnos en su camino, tu ibas con los labios pintados y con la polla morcillona. Yo me encargaba de rozarte la mano por la entrepierna para mantenerte así. Al entrar en casa tiramos la compra al suelo, las naranjas rodaban por el suelo mientras te empujé contra la pared para rozar mi cuerpo con el tuyo. Ahora si estabas cachondo perdido. Te abofeteé, había pasado tiempo pero eras mi puta. Te ordené desnudarte, lo hiciste. Te até las manos a la espalda, estabas tan cachondo que gemías cuando te las ataba. ¿Donde has estado puta? te abofeteé de nuevo. Pediste perdón, no estaba yo para perdonar nada. Saqué un cúter y empecé a escribir en tu pecho "Soy la puta de Yhesy" y un corazón, porque yo puta te quiero aunque te corte la piel. La sangre salía y tú gritabas aunque aguantabas. ¡Así no se te olvidará que eres mi puta! te escupí en la cara. Estabas en el suelo tirado, jadeando y estirando tus brazos para tocarme. Lamí tu sangre como un animal, esa sangre que yo había provocado. Te miré y me habías hecho mojar todo el tanga. Fui a por el móvil y llamé a un amigo. ¡Ven, tengo una puta para ti! y claro mi amigo vino rápido.

Mi amigo vino cachondo y se sorprendió cuando te vio. ¡Es un hombre! dijo, era un observador. Sí, lo es y es mi puta. Quiero que te pajees mirándome y te corras encima de él. Mi amigo primero dudó, pero venía tan cachondo que se sacó la polla y empezó a tocarse mientras me miraba. Yo para provocar me quité la falda, le mostraba el tanga moviendo mi culo de manera sensual. Mi puta y él se ponían a mil. Son unos cerdos ambos, creo que solo tengo amigos cerdos ahora que lo pienso. Cada vez iba incrementando el ritmo hasta que me pidió permiso para correrse y expulsó toda su leche encima de mi puta. Te llenó el pecho, la entrepierna, la cara, estabas hecha una cerda. Suplicabas que te desatase, que te dejara tocarte, la tenías durísima. No nos dejabas seguir la conversación, solo pedías que te tocara, que te hiciese lo que fuera. Estabas muy pesado. Apoyé tu cabeza en una silla y me senté encima. ¡Cállate! y te tapé la boca con mi culo, tú sacabas la lengua tratando de lamer. Me encendí un cigarro y me puse a hablar con mi amigo de lo puta que eres. Mientras tú aguantabas mi culo en tu rostro. Babeabas, gemías, lamías,... y es que eras y eres mi puta.




Zapatos: [Glamistry] - Heels PF1046
Pose y silla: [..::CuCa Designs::..] Hush

Comentarios

LO MÁS VISTO