Besa mis suelas


Me aburría y aparecí en tu casa, ya era muy tarde. Tu me abriste la puerta sorprendido, es tu noche de suerte. Entré en tu casa criticando todo, no tienes el mejor de los gustos para la decoración. Tiré mi abrigo y el bolso en el suelo y te dije que lo recogieses. Lo hiciste mientras yo me sentaba en el sofá, era cómodo, aunque el color era bastante feo. Hice un par de comentarios sobre él y te pedí una copa. 

Me la preparaste rápido y te arrodillaste a mis pies, bien pareces buen perro. Conversamos un poco de cosas triviales mientras bebía mi copa y te ponía los pies por el pecho. Me gustan los chicos fuertes, te clavé los tacones en el pecho, no dijiste nada, aguantaste. Eso me gusta, sonreí mirándote a los ojos y apreté de nuevo mi tacón más fuerte. Te quejaste pero no te moviste. Bajé mi pie por tu pecho hasta tu entrepierna y la presioné, creo que estarías mejor desnudo. Te desnudaste. Al pasar mi zapato por tu pierna te excitaste. Se te pone dura cuando te piso, eso me gusta. 

Me pediste permiso para besarme los pies, lo estabas deseando, acepté. Me gustó verte así tan perro. Me los besaste despacio, te recreaste y me hiciste cosquillas al notar tu barba en mis pies. Me reí y te aparté empujando tu cara con mi pie. Te quedaste callado mirando mientras me levantaba y me quitaba la ropa, puedes mirar, me gustó provocarte. Me senté en el sillón mostrando mis suelas y mi tacón. ¡Ven! y besa mis suelas. No dudaste y pasaste tus labios por todas ellas, no te dejaste nada por besar. ¡Lame el tacón! lo lamiste, te lo metiste en la boca, oía la saliva en tu boca mientras lo hacías en el silencio de la noche. Ese silencio que se rompía por algún coche y por tus babas de perro. Cuando me cansé de escucharte babear me levanté y me vestí. Me voy a dormir a casa, mis perros me esperan. Otro día igual te llamo para algo. Salí con mi bolso y las suelas de los zapatos limpias.


Zapatos: *elise* - Lauren

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