Huevos de Pascua

 

 Me habían invitado a una fiesta en la que no conocía al anfitrión, la única regla era que había que ir con máscara de conejo, por eso de ir acorde con el día. Cuando llegamos resulta que era en una mansión enorme, no sabíamos quien era nadie. Nada más llegar nos entregaron una cesta y nos dijeron que había que encontrar los huevos que había escondidos por la casa y el jardín. Quien consiguiese más huevos tendría un premio especial. A la gente se ve que le gustó la idea e iban como locos buscando de un lado a otro. Yo jamás he buscado huevos de Pascua y para que os voy a mentir, me importaba bien poco encontrar los huevos o no, para huevos tenía los de mi puta y además los tenía a mano. A mi lo que de verdad me importaba era donde estaba la barra libre. Le di a mi puta mi cesta y le dije que buscara los huevos por mi, yo me fui a investigar la casa buscando un buen whisky. Llegué a una habitación con una gran chimenea encendida, me llamó la atención que no había nadie pero había una botella de vino, una copa llena y una cesta llena de huevos. 

Parecía un despacho, muchos libros un sofá delante de una gran chimenea, un  gran escritorio, plumas y mucha tinta, parecía de otra época o de alguien que le gustaban las cosas vintage. Saludé pero estaba sola. El vino no era lo que estaba buscando, pero me valía, además era bueno, gran reserva. Vi un pañuelo tirado en el sofá, lo cogí y lo usé para sostener la copa sin dejar mis huellas, era la costumbre. La observé a la luz del fuego, nadie había bebido de ella así que la dejé donde estaba. Cogí la cesta de huevos, estaba llena seguro que ganaba el premio con ellos. Escuché un crujido en la madera del suelo, me giré y allí estaba un hombre alto, bien proporcionado con traje chaqueta y máscara de conejo. ¿Que haces aquí? me dijo el conejo. Buscando huevos, ¿tienes huevos? le contesté sujetando la cesta entre mis manos. Él se acercó y cogió la copa de vino. Creo que esa cesta es la mía, me dijo antes de dar un trago. Podría ser,... pero estos huevos no tienen nombre. Él estiró la mano. ¡Dámelos conejita! me dijo con tono autoritario. Lo miré seria unos instantes. Quizás podamos hacer un intercambio de huevos conejito, le dije al hombre. Él se rió. ¿Que huevos quieres? me dijo dando otro sorbo de vino. Sonreí. Los tuyos. 

Se acercó despacio mientras yo sujetaba la cesta de huevos frente a la chimenea. Cada prenda que te diga y te quites, te daré uno de tus huevos. Si no me obedeces tiraré tu huevo al fuego. ¿Vienes a mi casa ponerme las reglas? dio otro paso hacía mí.  Había encontrado al anfitrión. Tu me has invitado. Lo miré y tiré un huevo al fuego. Estamos hablando mucho conejito. Él miró fijamente el fuego. Se abrió el  huevo que se estaba quemando y en él se fundía el oro de un collar. Vaya, ¿acabo de quemar un collar de oro  o era bisutería fina? cogí otro huevo en mis manos. Quítate la chaqueta. De oro, era oro, dijo quitándose poco a poco la chaqueta. Tenía buen cuerpo. Le lancé el huevo y lo cogió al vuelo, tenía buenos reflejos. Cogí otro mientras le ordené quitarse el pantalón. Se lo quitó y le devolví otro huevo. La corbata. Se la quitó. Dámela. Me la lanzó y la agarré. Buen chico, quítate la camisa. Se la quitó también, no estaba siendo remilgado y además tenía unos buenos abdominales. Le devolví su huevo. ¡Los boxers fuera! se los quitó también. Tenía buena polla y además estaba morcillona. 

La máscara. Él se negó. Cogí un huevo y lo lancé al fuego. Se veía como se fundía un anillo de oro. La máscara. Se seguía negando. Lancé otro huevo y un reloj se quemó en el fuego. La máscara. Se lanzó sobre mí para quitarme la cesta. Lo agarré de los huevos y los apreté clavándole mis uñas. No se daba por vencido, me cogió del cuello con fuerza hasta que le di una patada en sus testículos. Se dobló del dolor. Cogí otro huevo para tirarlo pero no hizo falta , se la quitó. No le conocía de nada, era un hombre normal, atractivo para mi gusto. Cogí su máscara de conejo y la quemé. ¡Ven aquí! Le até a una silla desnudo como estaba, amarré sus manos al respaldo del sillón con su corbata. Me agaché y acaricié sus huevos. Estos son los huevos que me interesan. Le dije mientras pasaba mis uñas por ellos, los agarré con mis manos y los apreté. Deberíamos ponerles nombre para que no te los quiten, ¿no crees conejito? Cogí una de las plumas del escritorio y escribí mi nombre en sus huevos y dibujé un conejito. Cuando necesite el semen de estos huevos te llamaré conejito, tus huevos son míos. Los até con el cordón de sus zapatos, los apreté. Su polla estaba dura, se ve que le excitaba dar sus huevos a una extraña. ¿Como te llamas? me preguntó. Lo pone en tus huevos, sonreí mientras me alejaba a buscar a mi puta.


Vestido: [CONSENT] Alyss Dress *fat pack* (con lencería incluida)

Zapatos: [Glamistry] - Heels PF1041

Pose: [SamPoses] - Egg (4 Bento poses con cesta y huevos)

Máscara: :::Breath:::Cosmo 3rd Anniversary Gift Box - Regalo antiguo



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