Como la princesa de un cuento

 

Como la princesa de un cuento iba correteando por el campo al reencuentro con mi príncipe azul. Sonaba música de fondo y el viento mecía los árboles y la hierba a mi paso. El sol se escondía en el horizonte tiñendo de rojo el ambiente. Era todo tan idílico que solo de imaginarlo me dan ganas de vomitar. ¿En serio os habéis creído que yo tenía un príncipe azul? Iba correteando por el campo huyendo de una boda a la que me habían invitado. Allí estaba yo vestida de dama de honor, con mi corona de flores y una botella de ginebra escondida de la que iba bebiendo cada dos por tres. La novia era una vieja amiga y por las amigas se hacen cosas absurdas, hasta ser dama de honor. A mitad de la ceremonia ya me había bebido casi toda la botella de ginebra y empecé a fijarme en el cura,  parecía bastante atractivo. El cura se dio cuenta de mis miradas y perdió varias veces el hilo de la ceremonia. 

Era bastante joven y tenía unos ojos con mirada muy profunda. Una de las veces que me miró me mordí el labio y pudo ver el vicio en mi mirada. A partir de ese instante la ceremonia se me hizo corta, el cura se saltó varias partes y fue directo al grano. Él también quería acabar ese tostón, los novios se besaron y el cura y yo nos comíamos con la mirada. Nada más acabar me acerqué a él y le susurré al oído que me siguiese mientras con mi mano acariciaba su entrepierna. Me siguió como un perro, nos metimos en un armario que vimos abierto y agarré su polla con fuerza. ¿Vas a pecar? ¡dime! ¿vas a pecar? Él tenía la polla durísima, a la que me fijé estábamos en un confesionario, cosa que me puso más cachonda. Me arrodillé y empecé a lamer su polla despacio. Dime, ¿esto es pecado? él asintió mientras yo metía su glande en mi boca y lo miraba a los ojos. Él gimió. Me levanté y subí mi vestido para ponerme encima de esa polla. Me la metí, siempre había querido follarme un cura y tenía a uno bien salido debajo de mí.

Empezamos a gemir y a jadear dentro del confesionario, sentía su polla en cada embestida. Le agarré del cuello y lo apreté controlando el aire que entraba en sus pulmones. Eso le puso más cachondo todavía y su polla parecía una barra de acero. Dentro de ese espacio minúsculo olía a vicio. Mis flujos se confundían con su sudor, me corrí rápido mientras le comía la boca. Él estaba a punto cuando abrieron la puerta. Un grupo de mujeres nos estaban mirando. Saludé mientras dejaba al cura con la polla a punto de estallar. Las mujeres escandalizadas empezaron a increparnos. Les dije que no se enfadasen que yo ya había acabado y podían coger su turno ya que él todavía no se había corrido, pero se ve que eso no les gustó y me insultaron varias veces más. Como no era plan de empezar a cargarme a todo ese grupo de reprimidas, me fui corriendo por el campo dejándoles al cura con los pantalones bajados y la polla tiesa. 

 

 

Vestido: [* SK *] Sadira - @ W <3 Role-Play

Corona de Flores: [Bauhaus Movement] - Yuka Headpiece RED

Pose: [FOXCITY] Long Grass - Regalo 1L


Comentarios

LO MÁS VISTO