Tu mujer me entretiene

 No sé si os acordaréis que me había llevado a la habitación de un motel a un moreno que conocí en casa de unos amigos, que ese moreno tenía una mujer que también vino a la cena, que me excitaba ponerlo en aprietos, que acabó comiéndome el coño, que acabé saludando a su mujer por el balcón,... esto ha sido a modo resumen, pero si no os acordáis leed aquí que acabaremos antes. Resulta que después de haberme divertido con él saludé a su mujer desde la habitación del motel. Como era de esperar la mujer vino hecha una fiera aporreando la puerta de la habitación, bueno, la verdad es que iba aporreando todas las puertas gritando el nombre del infiel, diciendo que lo iba a matar, que me iba a matar a mí, que iba a matarnos a todos, sí, era un poco agresiva y eso me gustaba. Esa chica necesitaba ayuda para aprender a gestionar su rabia y yo se la iba a proporcionar. Soy una santa, lo sé. Mientras el infiel estaba muerto de miedo y cachondo, le até a una silla con el culo en pompa. Su mujer no dejaba de gritar fuera y verle ahí con la polla tan dura y tan acojonado hacía que mi coño se humedeciese. Acerqué mis dedos a su culo y empecé a explorarlo mientras su mujer gritaba su nombre y mi otra mano jugaba con sus huevos. ¡Estás todo cerdo! estiré de sus huevos mientras acariciaba su próstata con mis dedos. Él gemía y movía su culo pidiendo más. Volvió a nuestra puerta, creo que oyó sus jadeos. Sonreí. 

Abrí la puerta y allí estaba ella, con el rimmel corrido, llorando y con cara de querer acabar con el mundo. Me miró y quiso lanzarse sobre mí, trató de pegarme pero la agarré de la muñeca con fuerza. Trató de pegarme con la otra mano y también se la paré. ¡Cálmate guapa! la empujé dentro de la habitación con fuerza. Al entrar vio a su marido atado y fue hacia él, le pegó. Yo no se lo prohibí porque el tío era un cerdo, las cosas como son. Cerré la puerta y me fui hacia ella. ¿Ves? tu marido es un cerdo que se pone cachondo con la primera que pasa. Se puso a llorar y me llamó puta. La miré y le di una torta. A ver bonita, céntrate, aquí la puta es tu marido. ¿No ves como ofrece su culo para que se lo follen? La mujer se sorprendió por mis bofetones y me los quiso devolver. La agarré con fuerza, lo cierto es que ese rimmel corrido, esos labios a medio pintar, ese maquillaje deshecho, esa pinta de mujer fatal me ponía muchísimo. Mientras la tenía agarrada solamente miraba sus labios. Me lancé a ellos y le comí la boca mientras ella trataba de pegarme. Le metí la lengua y exploré esa boca de la que solo salían insultos. Poco a poco dejó de forcejear, la tenía arrinconada contra la pared con su marido mirando, la situación me excitaba tanto que le mordí el labio mientras bajaba mi mano a su coño. Ella abrió las piernas, metí mis dedos por debajo de su falda. Gimió.

Me sobraba todo, le arranqué la camisa, la falda, le bajé las bragas con fuerza, ella estaba cachonda. Esa rabia se había reconducido en excitación. Él seguía atado, pedía que le soltáramos, lo cierto es que ninguna le hacíamos caso. Era preciosa, tenía unos labios carnosos, unas tetas enormes, unos pezones a los que me lancé como loca a chupar, a morder. Estiré de los pelos de su coño, ella gritó pero le gustaba. Metí dos dedos en ella para follarla, los saqué y le metí tres, estaba muy lubricada y mis dedos entraban fácil. Ella miraba al infiel mientras yo la follaba. Saqué mis dedos y ella protestó. ¿Quieres más? Ella asintió mientras el otro trataba de mover la silla para llegar a nosotras. La ventaja de follar en un motel de estos es que hay cosas curiosas, como enganches en la pared para atar, se ve que la gente viene a follar, es un sitio preparado. Cerdo, tu mujer me entretiene más que tú. La cogí del pelo mientras le comía la boca de nuevo. La até a la pared y me acerqué a ella, acaricié sus pechos despacio mientras mis babas caían en su cara, Ella abría la boca esperando que alguna le cayese dentro, era muy perra. Pellizqué sus pezones, los mordí, los azoté. Ella se restregaba por el banco tratando de rozarse con algo, movía sus caderas esperando ser follada. Metí mi mano en su coño y la follé, ella pedía más y su marido trataba de restregarse contra la silla de lo cachondo que estaba. Cogí mi bolso y saqué un dildo que llevo por si acaso. Lo pasé por su coño y lo follé. Lo follé mirando al cerdo que no dejaba  de suplicar. Nos daba igual, ella se corrió, echó todo su flujo sobre el dildo y sobre mi mano. Me subí en el banco y dejé mi coño a la altura de su boca,  le puse  mi coño en la cara y lo lamió, lamió mis muslos, mis labios, mi vagina, me corrí en su boca mientras pisaba su muslo con mi tacón. ¿Veis? Al final los dos sois unos cornudos.


  Lencería: [ CONSENT ] Dana Babydoll *fat pack*

Pose: [..::CuCa Designs::..] Captivate

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