Hay que usar más la bici


Tenía la bici algo abandonada así que decidí quedar con una amiga para dar una vuelta, pensé que sería buena idea ir al campo, cerca del rio. Hacía días que no iba a encontrarme con la naturaleza. Mi amiga se sumó a la idea, total que para allá que nos fuimos. Al vernos nos reímos porque nos dimos cuenta que íbamos con falda. Somos urbanitas, que se le va a hacer. Ella tenía unas piernas preciosas y el vestido le marcaba sus grandes pechos. Hacía una mañana estupenda, buen tiempo, airecito para no pasar demasiada calor y una explosión de flores en el campo. Se notaba que la primavera había llegado. Después de un buen rato nos paramos para descansar y fumarnos un porro. Tanta naturaleza incitaba a desconectar. Nos sentamos en el suelo mirando hacía el rio. Relajaba mucho escuchar el agua correr y ver a los peces nadar. No se escuchaba más que el sonido del aire en las hojas de los árboles, el agua del río y nuestras risas. 

Me giré hacía ella y le vi los labios rojos, sabéis que tengo obsesión con los pintalabios. Me apetecía besar esos labios, pasar mi lengua lentamente por ellos, acariciar las comisuras de su boca con mi lengua. Me lancé y le comí la boca mientras estrujaba uno de sus pechos en mi mano. ¡Estás preciosa! le dije. Me empezó a desabrochar la falda mientras yo le metía mi mano entre sus muslos y buscaba su coño para acariciarlo, pellizcarlo, apretarlo. Me agaché a sus inmensos pechos y me metí uno a uno sus pezones en mi boca, los chupé, los mordí, la veía excitada así que le mordí más fuerte. Noté cerca de nosotras una presencia, me giré y era  un chico que nos miraba con la polla en la mano. Supongo que lo normal es gritarle, pero ya que estaba ahí nos podía servir de algo. Le dije que viniese, le metí los dedos con los que acariciaba el coño de mi amiga en la boca. El chico los chupó y se tumbó en el suelo con nosotras. Le desnudamos, el chico estaba que no podía más con su vida. Tenía la polla que iba a reventar. Le llenamos de flores el cuerpo mientras nosotras lo usábamos de alfombra y nos tocábamos encima de él. Trató de tocarnos con la mano pero le di dos bofetones. ¡Tú en el suelo, eres nuestra alfombra de flores! Pensó que más valía eso que nada. Así que mientras nos masturbábamos una a la otra encima de él, el hombre no hacía nada más que mantener su polla como un piedra.

Nos corrimos encima de él, dándole nuestros flujos para que lamiese. Estaba tan cachonda de verlo ahí tieso, inmóvil, lleno de flores que cuando me estaba limpiando el coño me oriné en su cara. El muy cerdo lejos de gritar se puso más cachondo. Mi amiga se sentó encima de su polla y se la meó también. Mientras las dos nos cogíamos de las manos nuestra orina llenaba al cerdo completo. El sonido del agua del río y  de nuestros líquidos dorados saliendo se mezclaba con los jadeos del cerdo y la brisa acariciando las hojas. El porro había hecho su efecto y notaba como cada gota, cada caricia se intensificaba. Nos miramos las dos a los ojos y nos reímos. Cuando acabamos le hicimos limpiarnos el coño de nuevo y tirar las flores meadas al río. Al irnos le pedimos hacernos una foto de recuerdo y es que hay días que merece la pena recordar. Hay que usar más la bici, nunca sabes a que aventura te puede llevar.

 
Top y Falda: * SK * Flor - @Shinny Shaby Event 
Pose: SamPoses - Spring in the air - @Pose Fair Market


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