Me voy de ruta

 

 Y por fin hizo un día de esos en los que te puedes quitar la chaqueta, el jersey y todo lo de invierno. Un día de esos en los que el sol brilla, los pajaritos cantan y las nubes se levantan,... ¡Malditas canciones infantiles! a lo que iba, hacía un día estupendo y solo se me ocurría una cosa. Irme con el coche a recorrer kilómetros, música alta, deposito lleno y carretera. Como las carreteras largas me aburren había decidido pasar por los pueblos de la costa. Se ve que la mitad de la gente había pensado lo mismo que yo y estaban muy llenos de turistas. Había uno precioso, con las casas de colores, unas rosas, otras verdes, otras azules, otras amarillas, otras blancas, vamos, de colores, no voy a decir ahora todos.  Paré y me puse a hacer fotos, sobretodo a la gente que paseaba cerca del mar. Había un grupo de chicos que jugaban al balón en la arena, por un instante pensé que ya estábamos en verano, pero no, aún falta mucho. Uno de ellos captó mi atención,  era guapo, moreno, fuerte y me parecía muy sexy como se tiraba a por la pelota. Me quedé mirando embobada hasta que el chico se dio cuenta. No hice nada para disimular, de hecho levanté el brazo y los saludé. Me miraba extrañado, supongo que trataba de saber quien era. 

Se acercó y mis ojos se fueron a tu torso desnudo. Tenía unos pezones preciosos, dignos de ser pellizcados. No se quien eres, me preguntó el chico mientras se ponía la camiseta. Claro, es que no me conoces, le dije mientras le hacía otra foto. Puedes conocerme si me invitas a un helado, le dije sonriendo. Él accedió y supongo que para hacerse el fuerte escaló la barandilla del paseo marítimo. Sí, el chico tenía fuerza en los brazos. Fuimos a una heladería del paseo y me compró un helado, de fresa, no podía ser de otra cosa. Cuando me dio el helado me presenté y le di la mano. ¿No me das dos besos? me dijo el chico. No, que nos acabamos de conocer. Yo no beso a desconocidos. Él sonrió, tenía unos dientes bien colocados. ¿Eres fotógrafa? no le contesté, solo acerqué mis mano a su pezón y los estiré. Él se mordió el labio y yo vi una invitación a pasar en eso. Así que pasé. Pasé con mi mano explorando su entrepierna, la misma entrepierna que se iba abultando más y más por el roce de mi mano en su polla. ¿Quieres helado? le dije mirándole a los ojos. Él dijo que lo que quería era mi boca. Uhmmm... eres un niño pedigüeño, le metí un poco de helado en la boca y se la cerré. Él se lanzó a mi boca. No, no. Le aparté cogiéndole de las mejillas y acercando mi lengua a sus labios. Su lengua luchaba por encontrarse con la mía pero lo aparté. 

Le excitó que lo apartase y su polla se puso más dura. No nos conocemos muchacho, le dije apretando sus huevos. Volví a darle helado, esta vez le metí la lengua para cazar el el helado deshecho dentro de su boca. Estaba bueno, casi tan bueno como él. Se acercó a mí y rozaba su pene erecto por mis piernas. Estábamos cachondos así que nos metimos al aseo. Me quité los pantalones, él los suyos, me quité las bragas él se amorró a mi coño. Cuidado guapo, le agarré del pelo y lo aparté. Lo miré y cogí mis bragas usadas. ¡Ven! y vino, se las fui subiendo por las piernas, su polla casi las revienta. Si juegas con mi bragas puestas un partido, podrás comerme el coño. Él no daba crédito. Tiré sus boxers y sonreí. El chico iba con mis bragas puestas y la polla dura. Se excitaba de sentir como las gomas de mis bragas le apretaban la carne y yo me excitaba de verle jugar al con su grupo de amigos machitos sabiendo que llevaba unas bragas rosas. Yo lo miraba jugar mientras me acababa otro helado, él me miraba en la distancia con su polla morcillona y sus bragas rosas. Salir de ruta siempre es una aventura y más si te encuentras con un chico al que le sienten bien tus bragas.



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Pantalones: [LRD] Samira Jeans Fatpack -@ UniK

Sorbete: [Cinnamon Cocaine] Whipped Sorbetto

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