Desayuno sin diamantes

 

No hay nada como un buen desayuno para empezar el día con alegría. Estaba haciendo pereza en la cama cuando llamaron al timbre. Grité varias veces a mi puta para que abriese la puerta, pero no hacía ni caso. Me levanté, fui hacia la puerta no se veía a mi puta en casa, se ve que se había ido. Cuando abrí la puerta allí estaba mi putita con una caja de donuts de enorme y un batido de fresa. Lo miré a los ojos y sonreí. Abrí la caja ahí mismo y había de distintos sabores, unos de fresa, glaseados, limón,... cogí uno y le di un bocado, lo mastiqué, estaba buenísimo así que corté un pedacito y se lo metí en la boca a mi putita. Él aprovechó y me chupó los dedos después de tragarse el trocito de donuts. Metí mis dedos casi hasta su garganta y al sacarlos hice como un gancho con ellos para estirar de su mandíbula. ¡Sígueme! él me siguió hasta la habitación mientras yo le agarraba de la entrepierna. Le quité la ropa y estiré sus pezones. Acerqué mi boca a ellos y los mordí. ¡Túmbate! Empujé a mi puta hacía la cama. Él estaba excitado y yo más.

Acaricié su culo antes de azotarlo. Su piel enrojecida me incitaba a lamerla, deslice mi lengua por ella y lo mordí. Mi puta  se rozaba contra la cama. Coloqué donuts en sus espalda como si fuera mi bandeja. ¡No te muevas! le dije mientras le ponía el batido entre sus muslos. Lo dejé ahí en la cama esperándome, me alejé hacía la cocina y me preparé un café con leche. Me tumbé junto a él y coloqué el café en su espalda. Mi puta se quejó porque estaba caliente, pero yo estaba más caliente que ese café. Me arrimé a él y empecé a rozarme contra su muslo. Lo rodeé con mi pierna, me gusta tenerlo sujeto. Aplasté un donuts con mi mano en su espalda y empecé a comerlo. Lamiendo el glaseado que se pegaba en su piel. Mi puta trataba de moverse mientras su polla se endurecía. Cogí otro donuts y lo mojé en el café, estaba buenísimo. Volví a beber café y ya estaba medio frío. Di un sorbo grande y lo escupí en su espalda regándola entera con mi café. Los donuts que quedaban se humedecieron. Ahora vas a comer tú. Se los dí a pedacitos pequeños, él aprovechaba para lamerme los dedos, besarme la mano y mirarme con ojitos de niño pedigüeño. 

Vi el batido y me lancé a por él. Mientras bebía de él mis manos no dejaban de apretar sus nalgas. Con la pajita aspiré para mantener un poco de líquido en ella. Se lo eché en la rajita y deslicé mis dedos por ella hasta que los metí. Mi puta gemía y yo estaba excitadísima. Me follé ese culo con mis dedos hasta que mi coño me pedía más, lo agarré del pelo y lo giré. Vertí el resto del batido sobre él, sobre su pecho que lamí mientras me ponía encima de su polla para follarlo. Porque sí, yo me lo follo, me meto esa polla que es mía en mi coño y la aprieto en mi vagina. Mientras mis manos guarreban el batido en su pecho mi coño se tragaba su polla. Mis caderas empezaron a moverse de forma sensual, follándomelo despacio, a mi ritmo. Él se notaba que quería embestirme fuerte pero lo paré en seco. Mis manos llenas de batido le abofetearon, esto me puso más cachonda. Lo miré a los ojos y me corrí mientras mi puta suplicaba poder hacerlo. Putita, esto ha sido un buen desayuno, aunque haya sido un desayuno sin diamantes.

 


Pose: [SamPoses] - One more time

 

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