Celos profesionales

 

Echaba de menos mi antiguo trabajo, la emoción, el dinero que me daba y sobretodo esa sensación de poder después de haber realizado el encargo. Por eso, cuando llegó una mujer a pedirme ayuda me senté a escucharla. Era una mujer guapa, rubia con largas piernas y ojos tristes. Me dijo que le habían hablado de mí, me aduló un poco para que aceptase el encargo. Me gusta que me adulen, así que la escuché un rato, lo suficiente para saber que estaba desesperada por hacer desaparecer a su compañera de trabajo. Me hablaba de ella con resentimiento, que si sus jefes no la valoraban, que los mejores proyectos se los llevaba la otra, que ella ponía más interés pero a la otra le pagaban más, que a ella solo le daban encargos aburridos. Después de un buen rato escuchando a la mujer escupir veneno sobre su compañera le dije que aceptaría, lo acepté más que nada para que se callase. Me dejó un montón de dinero sobre la mesa y se levantó para irse. No tan rápido guapa.  La cogí del brazo y le sonreí, la noté un poco nerviosa. Quiero que me des un poco más de información sobre tu compañera. Te la daré el próximo día cuando te traiga la llave de su apartamento. La miré a los ojos. No cielo, me la vas a dar ahora. Apoyé mis manos sobre sus hombros y la invité a sentarse. Quería saber a lo que me enfrentaba, había dicho que si demasiado pronto. Empecé a preguntarle sobre cualquier cosa que se me ocurría relacionada con su compañera. No tenía familia, no tenía apenas rutinas, solo una. Salía por la noche. La describía como una persona sádica, mentalmente inestable, tenía gran fuerza, atractiva, con mucho ego y caprichosa. Mientras me la describía miré a la mujer a los ojos, algo me olía mal, me daba la sensación que esa descripción me parecía familiar, de hecho juraría que si no hubiese dicho lo de mentalmente inestable podría ser yo misma. 

Sus ojos me miraban fijamente, trataban de adivinar que pensaba, los míos simplemente la recorrían entera, sus piernas largas y musculosas, su pecho enorme y firme, su pelo rubio, liso, tintado. Las manos las tenía cuidadas, las uñas eran largas y se había hecho la manicura hace poco. Llevaba una falda corta y se le veía la ropa interior bajo ella. Bonitas bragas, le dije a la mujer. Ella cruzó las piernas y se bajó la falda como si con ese gesto fuese a taparse mucho, la falda era tan corta que apenas cubría más que un pañuelo. No me digas que te da vergüenza que te miren las bragas, ¿te da? La mujer parecía algo descolocada. Su cuerpo era atlético, era alguien que entrenaba con regularidad. Yhesy, esta mujer es otra sicaría, a ver como sales de esta. Tenía algo a mi favor y era su historia acerca de los celos profesionales, era cierta. Los celos mostraban sus inseguridades, si tenía inseguridades era porque dudaba y si dudaba ya estaba perdida. Me acerqué a ella y le abrí las piernas mirándola a los ojos. Así mejor, le dije mientras mis manos se colaban bajo su falda. Sabía que ella no estaba preparada para hacerlo hoy. La mujer trataba de no ser descubierta así que me siguió el juego. Colé mis manos en su falda apretando sus muslos y llegando hasta su coño. Lo pellizqué mientras  acercaba mi boca a la suya, la lamí. Es una pena que tus jefes no valoren esta cara tan bonita, le susurré al oído antes de darle un lametón en el rostro. Mis dedos se metieron en su vagina. ¿Y este coñito tampoco lo valoran? ella gimió, se ve que la estaba poniendo cachonda a la muy perra. ¡Sígueme! Saqué los dedos de su coño y los chupé delante de su cara. Me siguió sin pensarlo. Estiré de ella y la llevé al sótano del club. 

Aquí vamos a tener más intimidad. Tu primero que me gusta verte el culo, le dije a la mujer levantando su falda y dándole unos azotes en el culo. ¿Que es esto? me dijo al ver la mazmorra. Esto es una mazmorra guapa, ¿no has entrado nunca en un club bdsm? ella negó. Era poco creíble, se la veía con mucho mundo encima, pero yo me hice la tonta y seguí con la farsa. Le quité la camisa y me lancé a sus pechos, los mordí, los estiré, los pellizqué. ¿Te han atado alguna vez? Ella negó. ¿Y te excita pensar en que te ate? le pregunté metiendo de nuevo mis dedos en su coño. Ella gimió y asintió. Saqué los dedos y se los dí a chupar. Ya basta. Se la veía con práctica en chupar cosas. Se dejó atar las manos a la espalda. Le empecé a lamer el cuello, las orejas, los hombros. Puse mis manos sobre su cuello mientras por detrás de susurraba guarradas al oído. Su coño estaba completamente mojado, lo pellizqué. Eres una niña mala, le dije estirando los pocos pelitos de su pubis. Cogí un dildo enorme y empecé a follarla con él. Uhmm... veo que te podías meter la polla de un caballo. La coloqué encima de esa polla de juguete y la agarré fuerte del pelo para marcarle el ritmo al que debía ir. Estaba apunto de correrse cuando la agarré fuerte del cuello y apreté. Apreté con fuerza mientras ella pataleaba y trataba de soltarse. Empujaba con fuerza para zafarse de mí. Mi brazo la rodeó hasta que dejó de moverse. Su cuerpo cayó al suelo desplomado. Me había librado esta vez, pero debía estar atenta para la próxima.


Piercing: [Secrets] - Moon Piercing - Fatpack

Vestido: [*SK*] Ivette - @ W <3 Role-Play

Tattoo: [*NB*]  Caprice Tattoo - (Legacy, Omega y BOM) -@ UniK

Guantes: [ MW] - Vina Gloves - @UniK

Uñas: [Tulssy] - Astral Gold Ballerina @ UniK

Pose:  [Nani Banani] - Booty Work - Collection One  @ UniK


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