Cuando el brillo no se apaga


Era de esos días en los que hacía tanto calor que parecía que salía fuego del suelo. No había forma de estar en casa así que me fui a dar una vuelta. Me dejé a mi tropa en casa, me apetecía estar sola y pensar. No tengo mucha costumbre en pensar por eso necesito concentración. Me senté en un columpio mientras miraba el cielo y el brillo de las estrellas. El cielo estaba enrojecido, costaba respirar. Al columpiarme me daba algo de aire y la verdad, se agradecía. Me fijé que venía un chico, iba mirando el suelo, estaba un poco despistado. Yo me seguía columpiando. Cuando pasó por mi lado le empujé con las piernas y lo lancé al suelo. ¡Buuuu! dije mientras me reía del chico que estaba tirado en el suelo. Oí unas risas, pero el chico no se estaba riendo. Igual me lo he imaginado.

El chico se levantó y me miró con cara de enfado. No te había visto ¿estás bien? No dijo nada, me miró las piernas y subió su mirada hacia mis tetas. Sí estoy bien. Creo que quería gritarme pero mis piernas lo despistaron. ¿Que haces aquí sola? (típica pregunta). Meditar, le contesté mientras me columpiaba despacio. Él se acercó, supongo que para verme las piernas de cerca. Las estiré  y le puse mi tacón en su entrepierna. Estás entrando en zona peligrosa. Oí unas risas, el chico se ve que también, algo se movía en los arbustos. Miré a los ojos al chico y apreté mi tacón contra su polla. ¿Tienes miedo? Te noto nervioso. El chico me miró y parecía que le gustaba que le apretara la polla con mi tacón. ¿Miedo de qué? me dijo acariciando mi pierna. Pues miedo a lo desconocido, guapo. Apoyada en su entrepierna movía el el columpio mostrando mi ropa interior.

De repente oí como se movían unos arbustos. Veía como unas luces brillantes. Me asusté, pero la curiosidad pudo conmigo. Apareció un animal blanco y rojo, las luces eran sus grandes ojos que brillaban en la noche. El chico salió huyendo, era un miedica, eso ya lo noté yo nada más verlo. El animalito y yo nos reímos al verlo correr. Era él el que se reía tras los arbustos. Estiré la mano para que acercase, era muy mono. Enseguida nos hicimos amigos, se dejaba acariciar y se puso a columpiarse conmigo. No  era  como baby yoda, este tenía cierta maldad, se reía del mal ajeno y eso me encantó. Había encontrado a mi mascota perfecta.  Nos estuvimos riendo a la luz de las estrellas. En esa noche roja en la que el brillo nunca se apaga, ahí nació una nueva amistad, nació del mal, pero nació.



Máscota: [HORNTAIL] -  Reynold Companion
Outfit: [ LsR ]- Sexy Kissa Suit Big Fatpack - @Kinky Event
Columpio:  [SamPoses] - Swinging (3 poses individuales con menú)

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