En mitad de la noche


Nos encontramos por casualidad en el supermercado. Hacía unos días que no nos veíamos. Nos miramos y hablamos un poco de temas triviales hasta que lo miré fijamente y le señalé mi compra. Ven y me la llevas a casa. Le pasé la mano por el pecho y le di unas palmaditas. ¡Estás fuerte y podrás con el peso! (yo estoy hecha para llevar peso, ya lo sabéis).

Cogió mi compra al llegar a casa y me la metió en la cocina. Le miré de arriba abajo y le dije que se desnudase, lo hizo. Abrí un cajón y saqué un delantal rosa (no podía ser de otro color, ya me conocéis). Me acerqué a él por detrás y se lo puse, le hice un lazo que me quedó muy mono. Uff me encanta su colo y se lo apreté, al hacerlo vi unas marcas en su espalda de unos arañazos que le hice hace unos días y tuve un impulso animal al verlos, me acerqué y se los lamí. Automáticamente ese delantal parecía una tienda campaña. 

¡Ven cenicienta! le cogí del delantal y lo llevé delante de las bolsas del súper. Quiero que saques lo de dentro me lo metas en la nevera o en los armarios, según donde corresponda. Se puso a ordenarme todo desnudo con mi delantal rosa. La verdad es que me ponía ver que me estaba haciendo caso y su culito se veía genial desnudo con ese lazo encima. Mientras me ordenaba todo fui a mi habitación y me desnudé, me puse ropa interior sexy y me senté en la cama.

Le grité que viniese pero que me buscase a cuatro patas como un buen perro. ¡Sigue el olor de mi coño! hay veces que hay que comprobar el olfato de los perros, no sea que se les atrofie. Oía como me buscaba a cuatro patas por la casa. Cuando lo vi enfrente de mi habitación me abrí de piernas mostrando un tanga de encaje negro semitransparente. ¡Ven y huele! él vino y puso su cabeza entre mis muslos olisqueando. ¡No puedes tocar! Asintió, y su respiración cada vez era más fuerte, estaba más excitado. Su polla estaba dura. Le dije que se quitase el delantal, se lo quitó y volvió a poner su cabeza entre mis muslos. Me estaba excitando de verlo ahí tan perro, sabiendo que lo que quería hacer es meter de lleno su cabeza en mi coño y comerlo. 

Me suplicó poder pasar su lengua por mis muslos. No, no lo vas hacer. Vas a quedarte ahí mirando mis bragas húmedas sin tocarlas. ¿Vas a aguantar? él gruñó pero asintió. Haré lo que tu me dejes hacer, me dijo. Mi coño, se mojó más al oír eso. Ahí estábamos los dos en mitad de la noche deseando que metiese su lengua en mi coño. Me encanta verlos sufrir, excitados e insatisfechos porque no pueden hacer lo que sus instinto animal les dice. Lo miré a los ojos y lo agarré del pelo. Vas a pasar tu lengua por encima de mis tanga, no puedes tocar la piel ¿lo oyes? él asintió. Acerqué su cabeza un poco más a mi coño, él estiraba la lengua para llegar, casi no podía. Hacía fuerza para poder alcanzar el encaje de mi tanga. Me divertía tanto y me excitaba ver como su lengua luchaba por alcanzar el trozo de tela. Al final acerqué un poco más su cabeza y llegó. Me las lamió mientras yo le cogía fuerte del pelo y de vez en cuando estiraba su cabeza hacia atrás. Y ahí en mitad de la noche me lamió mi tanga de encaje. El resto de la noche, no os la contaré. Hay cosas que es mejor vivirlas.


 Pose: .:LAVAROCK POSES:. f/f Couples Bento Pose-5

Ropa interior: Blueberry - FLF - Valentines - Lingerie Pack
Medias:  N-core - Stockings Fishnet (Black)

Comentarios

LO MÁS VISTO