Flor de Otoño

Había sufrido muchos cambios últimamente,  había cambiado de casa, de trabajo, o más bien había empezado a tener un trabajo, la vida de fiestas, locura y vagueo había quedado atrás. Además me había dado cuenta que existen criaturas que yo pensaba que solo vivían en la imaginación. Había visto demonios, aunque no solo los vi, además maté uno. Había visto brujas con todo su poder y descubrí que yo era una de ellas. Había visto criaturas renacer con otro cuerpo sin necesidad de pasar por un cirujano plástico como yo. Lo que no había cambiado era a mi puta y a mis amigos. Aunque de todos los cambios  que he sufrido el que más me ha marcado ha sido darme cuenta que el dinero no dura eternamente, eso si que ha sido un shock para mí. Como tengo que ganarme la vida y hay mucha competencia en mi gremio me he centrado en destacar en mis dos puntos fuertes, la originalidad y la efectividad, ya que están muy valoradas. Había recibido un encargo para volver a oriente, querían un trabajo limpio, no podía dejarme llevar y llenarlo todo de sangre. 

Mi objetivo era una mujer que estaba metida en negocios turbios, la verdad me daba igual lo que hiciese, me iban a pagar muchísimos lindes por ello. Me informaron que no salía mucho de casa, tenía un círculo cerrado de amigos y era lesbiana. Aunque no había tenido tiempo de explorar mis poderes oscuros, estaba claro que partía con ventaja. Mi objetivo iba a asistir a la Fiesta del Medio Otoño, la celebración por culpa del virus se había hecho más tardía. Me habían dado un vestido precioso y un tocado de flores  para asistir. Según me informó mi enlace, la mujer tenía debilidad por el rojo y las rubias. Tenía la mitad del camino hecho. Me pinté los labios de rojo intenso y besé el espejo dejando mis labios marcados en él. Y es que estoy tan buena que me follaría a mi misma. Salí de allí con veneno guardado en un bolsillo oculto en el vestido, también me había facilitado unas llaves y dinero. Cuando llegué a la fiesta identifiqué enseguida a mi objetivo, era una mujer morena, delgada, bajita, estaba apartada del bullicio tomando un té. Cuando me crucé en su campo de visión me devoró con la mirada. Su mirada era intensa, no se dejaba vencer en el juego de miradas, no apartaba la vista, se veía que pese a su pequeño tamaño era fuerte y era conocedora de esa fuerza. Dejé que ganase esa batalla de miradas y aparté la vista para parecer tímida. 

Allí estaba yo en mitad de esa fiesta siendo observada por mi víctima, busqué la mesa de catering y pedí un té. Me acerqué a su mesa y le pregunté si podía sentarme, ella asintió. Tenía unos labios finos y unos grandes ojos rasgados, su piel parecía suave y tersa, pero no era una niña, ya tenía sus años vividos. Le sonreí tímidamente y ella me devolvió la sonrisa y se acercó a mí. Me preguntó en inglés que estaba haciendo allí. He venido por asuntos laborales. Empezamos a hablar y dado que su inglés era igual de malo que el mio nos entendíamos perfectamente. Subí con disimulo mi vestido dejando ver un buen trozo de mi muslo, ella lo miró y yo subí mis medías un poco más ante su atenta mirada. Estiré la goma y la hice sonar contra mi piel. La mujer cada vez estaba más cerca y su mano podía rozar mis muslos. Lo hacía con disimulo, muy despacio era una especie de caricia en la que apenas se rozaba mi piel y la yema de su dedo. Cada vez se iba sintiendo más cómoda y me iba tocando más. 

La miré fijamente y esta vez no aparté mi mirada, ya estaba bien de jueguecitos. Puse mi mano entre sus muslos tocándole el coño directamente. ¿Cómo te llamas? le pregunté con mis dedos explorando su vagina. Qiū huā, me dijo entre gemidos. ¿Como? le dije mientras me acercaba para meterle mas profundo los dedos. Flor de Otoño, contestó entre gemidos. Abría más las piernas y yo la follaba con mis dedos mientras toda esa gente comía, bebía y bailaba a nuestro alrededor. La mujer trataba de guardar la compostura pero estaba caliente como una perra. Mis dedos estaban llenos de su flujo, los saqué y le comí la boca ahí mismo mientras llenaba mis dedos con el veneno, los metí en el té que se había quedado frío moviéndolos como si fuesen una cucharilla. Cuando acabé se lo acerqué a la mujer que pensaba que solamente se iba a beber el té con su propio flujo.  Se lo bebió entero, la verdad que yo estaba cachonda perdida era una pena que tuviese que despedirme tan pronto de ella. Vamos detrás, me dijo. Al levantarnos ella empezó a marearse, se cogía la garganta y me miraba. Su mirada era de asombro, mientras caía derrumbada los únicos ojos que miraba eran los míos. Es una pena Flor de Otoño, quizás nos veremos en otra vida. Y cayó entre las hojas de ese color rojo que tanto le gustaba.


 Vestido y top: [*SK*] Ai Fatpack - @Sense Event

Tocado de cabeza:  [Astralia] - Amaya headpiece 

Pose: [:studiOneiro:] Blow set (5 poses bento)

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