La última copa

 

Siempre hay una fiesta a la que ir, una inauguración a la que no quieres faltar, una reunión con gente a la que aprecias. Siempre hay una excusa para brindar. Había decidido dejar atrás las malas costumbres en mi vida, la comida basura, el tabaco,... y como no, el alcohol. No quedaba apenas gente en la fiesta y hasta ese momento había logrado capear la tentación de beber alcohol, nunca bebí tanto té helado, ni tanta agua. De hecho, la mayoría de los camareros solo llevaban champagne o bebidas alcohólicas en sus bandejas.  Me empezaba a sentir orgullosa de mi misma hasta que vi a ese muchacho delante de mi. Era fuerte, guapo, con unos ojos azules y unas facciones bien marcadas. Era guapo, muy guapo. Llevaba una bandeja con una botella de champage. Lo miré de arriba a abajo centrándome en su entrepierna. Tenía un buen paquete, no os mentiré. Además se le marcaba todo porque llevaba un pantaloncito de látex. Mis ojos no podían apartarse de ese paquete en el que reflejaba la poca luz que había.

¿Una última copa? me preguntó el muchacho mirándome a los ojos. No, gracias, no bebo - le dije mientras seguía mirando su entrepierna sin ruborizarme. Él se dio cuenta y algo se movió bajo ese látex. ¿Seguro que no quiere una última copa? Lo miré seria y le acaricie el mentón mientras le dije que era una pena que un chico tan guapo fuese sordo. La palma de mi mano rozó esa piel suave y tersa de su rostro casi de una forma maternal. Me acerqué a él mientras bajaba mi mano por su brazo para acariciar sus bíceps. Quizás si me lo pides de otra forma,... le susurré en el oído con voz seductora. ¿De qué forma?... preguntó el camarero. Mi mano se puso en su entrepierna y agarré ese enorme bulto en mi mano, tirando de él hacía abajo. ¡Quizás,... si me lo pides de rodillas! él se arrodilló y me volvió a ofrecer una copa. ¡No lo haces bien! le di un tortazo dejando marcada su mejilla. ¡Igual es porque la sangre se te va a la polla! Agachó la cabeza. Me giré mientras le ordené repetir. Lo repitió varias veces, pero nunca lo hacía como yo esperaba, le fui abofeteando la cara y en cada bofetón yo estaba más excitada. ¿Desearía usted una última copa, señora?... lo miré y estaba verdaderamente sexy así arrodillado, con la cara enrojecida por mis tortazos y el bulto de su polla dura. No, gracias no quiero una copa, pero sí una comida de coño. Le dije mientras lo arrastraba a un lugar más tranquilo.


 Vestido: [Glitzz] Akami Gown - Fatpack

Pose Yhesy: [DPSP] - Natasha

Comentarios

LO MÁS VISTO