Mi culo vale oro

 Un cuerpo serrano como el mío no se mantiene del aire, para que estas piernas me sostengan necesito alimentarlas bien. Mucha fruta, mucha verdura, mucha proteína,... para mi trasero necesito algo más contundente y como no, algún dulce. Ya que desde pequeña me han enseñado que hay que compartir (es mi educación cristiana que siempre sale a flote) me llevé a mi niño vicioso a la pastelería para darle de comer algunos dulces. El lugar estaba vacío y la camarera nos miraba un poco extrañada porque lo llevaba vestido de conejito rosa. Lo senté en una silla y saqué del bolso un babero. La camarera no perdía detalle. Le puse con cuidado su babero atándolo al cuello. Al alejarme sabía que mi cerdito estaba con la mirada fija en mi culo, lo moví de forma sensual. Él lo miraba como si estuviera hambriento y mi trasero fuese su alimento. Me di una gran palmada en el culo y lo miré guiñándole el ojo. Mi culo vale oro putita, le dije haciendo sonar mis jamones.

Le pedí a la camarera unos cuantos pasteles, al terminar de ponerlos en una bandeja me preguntó si los queríamos para llevar. No, nos los vamos a comer aquí. La mujer se sorprendió porque éramos solo dos para tantos pasteles. Lo cierto es que yo lo que es comer, como poco. Prefiero guarrear con la comida, por eso siempre pido de más. Acerqué los pasteles a la mesa de mi conejito y le pasé uno de ellos cerca de los labios, le rocé con él la cara dejándola llena de chocolate el cual de derretía por el calor de sus mejillas. Lo miré y me lancé a su rostro para lamer despacio ese chocolate. El sabor de su piel se mezclaba con el dulce, no había nada igual. Le miré a los ojos y seguí lamiendo cada rincón de su cara hasta las orejas, las lamí despacio con especial dedicación. La camarera no dejaba de observar pero no nos llamaba la atención.

Cogí otro pastel y me lo metí en la boca, lo mastiqué ligeramente sin dejar de mi mirar a mi cerdito y me subí encima de él para sentir su polla que cada vez estaba más dura entre mis muslos. Si dábamos el espectáculo lo dábamos completo. Él me agarró mi culazo con sus manos y me apretó contra él mientras le eché parte de esa comida en la boca. Él esperaba a tragarla ansioso y la chica ponía cara de asco a lo lejos. Iba sintiendo su polla cada vez más dura y yo estaba cada vez más cachonda. La mujer pese al teatro que estábamos montando no nos llamaba la atención. Se ve que gustaba ver otros usos de sus pasteles. Le fui dando despacio con mis dedos otro pastelito, mi puta abría la boca y cuando mis dedos se introducían acompañando el pastel, él me los chupaba cerrando los ojos y tratando de romperme la tela del pantalón con su polla cada vez más levantada. El precum me manchaba la tela del pantalón. Lo agarré de las orejitas de conejo y me lo llevé de allí para pegarle una gran follada.

 


 Outfit: [adorsy] - Ivy SET (Maitreya/Legacy/Lara Petite/Kupra) - @ Cosmopolitan

 

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